Llega el día de presentar la campaña al cliente en la agencia de publicidad. El departamento de cuentas está preparado con sus trajes, maquillaje puesto y tacones altos. Mientras tanto, el departamento creativo camina con sus zapatillas y ropa muy casual a una lluvia de ideas. ¿Determina el contacto con el cliente en las agencias una manera de vestir? ¿Debería dictaminar el cargo o el departamento dentro de la agencia de publicidad, el look de cada persona?

La agencia de publicidad, una pasarela con un dress code no escrito 

Cada agencia es un mundo. Los publicitarios manejan formas de trabajar diferentes y cargos muy distintos. Pero, en muchas de estas agencias lo que sí que hay en común es un dress code específico según el puesto de trabajo.

Sombra aquí, sombra allá, maquíllate, maquíllate. Parece que esta canción está hecha para el departamento de cuentas de las agencias. En muchas ocasiones, para dar una “buena imagen” al cliente o simplemente en el día a día, a las directoras, supervisoras y ejecutivas de cuentas se les exige ir vestidas más formales, incluso con tacones y maquilladas. Pero, ¿debería ser esto una elección o una imposición?

Al contrario, en el departamento de creatividad suele imperar el libre albedrío. Al necesitar inspiración, la mente en blanco, comodidad… A las creativas no se les suele imponer una vestimenta formal sino que tienen libre elección respecto a cómo vestir. 

La imposición de los outfits, ¿Una medida sexista? 

Muchas profesiones exigen un uniforme pero en el caso de las mujeres en muchas ocasiones implica falda, tacones o un maquillaje determinado. ¿Es una medida que las discrimina?

En los 80, el “uniforme” de la mujer poderosa y que triunfaba en las finanzas era un traje con falda. Parece que nadie concibe a una mujer triunfadora sin unos stilettos. ¿Cómo mejora el desempeño de una mujer en su trabajo por llevar falda o tacones? De ninguna manera. 

Lo que oprime a las mujeres no son el maquillaje o los zapatos de tacón, sino las etiquetas y las convenciones sociales.

Aunque parece que con las nuevas generaciones, la situación podría estar cambiando. Pues los millennials y la Generación Z cada vez son un porcentaje mayor dentro de las oficinas y ellos son los que han reinterpretado el código “Business casual”. Estas generaciones han cambiado los zapatos de tacón por zapatillas. Así que puede que el nuevo “uniforme de la mujer poderosa” en muchos casos no se asocie a unos stilettos y sí a unas sneackers. 

Tacones por ley, una realidad en Japón

Hay países donde está realidad ha llegado tan lejos que incluso se han creado leyes para que se cumpla. Es el caso de Japón. Los tacones obligatorios son una norma para las mujeres japonesas. Y como no, muchas de ellas se rebelaron con la campaña #KuToo, un juego de palabras entre zapatos (kutsu) y dolor (kutsuu) y que también es una referencia al #metoo.

Elegir tu propio look: De la imposición a la elección 

Zapatillas, tacones, traje, maquillaje… Sea lo que sea que decidas ponerte y sea cual sea el departamento al que pertenezcas, lo que está claro es que la vestimenta se elige y no determina tu capacidad para hacer tu trabajo bien. 

En pleno siglo XXI están cambiado totalmente los modelos de belleza y eso incluye inexorablemente a los tacones altos. Aunque la situación avanza, romper del todo con esta indumentaria profesional impuesta es otro gran reto a superar. 

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