Ayer 4 de octubre el mundo entero se asumió en el caos más absoluto. No hablamos de bombas nucleares, guerras mundiales u OVNIS. Esta vez se trata de la caída, durante horas, del titán Facebook y sus afiliadas Instagram y Whatsapp. 

Este tipo de fenómeno se ha vuelto común para todos, ya que de tanto en tanto, suele ocurrir sin previo aviso. Sin embargo, esta vez no fue momentáneo. Gran parte del planeta comprendió que vivir sin redes por varias horas es un verdadero reto. 

Tras resolverse este caos con fecha de caducidad, Jaguar cobra más significado que nunca con su nueva campaña. Su meta es ni más ni menos que hacernos aprovechar esos bellos 144 minutos que un usuario emplea de media en un día normal en redes sociales. 

La caída en redes sociales, nueva realidad en tendencia

La agonía offline empezó a hacer estragos en España alrededor de las 17:30h. La causa de este “apocalipsis” fue un error humano durante el proceso de actualización de los servidores de la plataforma. 

Sólo unas cuantas horas duró esta desconexión involuntaria, y aunque no lo parezca, fue más que suficiente para hacerse notar. 

Más allá de los datos económicos, los cuáles colocan en 6.000 millones de euros las pérdidas del magnate Mark Zuckerberg debido a este desliz, los usuarios sentían de primera mano esa pérdida de conexión inmediata a la que están tan acostumbrados. 

Muchas plataformas fueron las afortunadas de salvarse de la caída del omnipotente cluster. Estas se convirtieron en la vía de escape para todos esos usuarios que se habían quedado estancados en el limbo. 

La red que obtuvo mayor acogida fue Twitter, donde los usuarios se pusieron de acuerdo para dar feedback sobre la nueva realidad. Tanto individuos como marcas, por ejemplo Netflix, apostaron por el meme como forma de expresión: 

En definitiva, que una pequeña desconexión sea tendencia, nos puede dar pistas sobre qué asignaturas las nuevas generaciones tienen pendiente. Problemática que Jaguar ha abordado de pleno en su nueva campaña.  

Jaguar y su #Reto144Minutos, el profeta del cambio

Jaguar, el gigante británico automovilístico, se ha puesto manos a la obra respecto a nuestra problemática con las redes sociales en su nueva campaña. 

El estudio “¿Cuánto tiempo pasamos en RRSS?” de Jaguar junto a Sigma Dos arroja luz sobre la cantidad de tiempo que le dedicamos de promedio al uso de redes. Este cómputo suma 144 minutos, cifra preocupante ya que supone más de dos horas de nuestra vida diaria. 

El reto de esta campaña descansa sobre el “¿qué podríamos hacer con esos maravillosos 144 minutos al día?”. Un concepto que pone de manifiesto el tiempo perdido en redes y como poder aprovecharlos de la mejor forma posible. 

Para llevar a cabo esta campaña, los embajadores de la marca Juan Avellaneda, Garbiñe Muguruza, Kike Sarasola y Paco Roncero serán los coaches personales de cuatro personas anónimas en su camino hacia la búsqueda de su pasión. 

Los cuatro participantes del reto

A lo largo de 21 días, los cuatro elegidos pondrán a prueba sus aspiraciones llevándolas al plano de la realidad de la mano de estos expertos. Desde convertirse en un prestigioso diseñador de moda hasta emprender su primer negocio, pasando por aprender a ser un genio de la raqueta. 

El progreso de estos cuatro participantes y sus debidos maestros podrá ser visto a través del hashtag #Reto144Minutos y en la página web de Jaguar. Tras dar punto y final al reto, todo el proceso podrá ser visto en un documental que se emitirá próximamente en Movistar+. 

De esta forma, Jaguar se postula como la marca que sabe aprovechar su tiempo, y por ende, que sabe vivir. 

¿Desconectar o conectar? Cuestión de perspectiva

La nueva propuesta de Jaguar ha llegado en un momento idóneo. El perfecto timing pone las cartas sobre la mesa y contrasta las diferentes versiones de la palabra desconexión. 

La cruda realidad de los 144 minutos no es para menos. De las 24 horas que cuenta un día, 16 son horas hábiles, y dos de ellas se invierten en redes. Aquí entra en juego todo aquello que podrías vivir en esas dos horas. 

A medida que las generaciones presentes y futuras integren de una forma más natural las redes en sus vidas, teniendo en cuenta un uso responsable y unos límites sanos, podríamos hablar de invertir, en vez de gastar tiempo, cuando nos referimos al uso de redes sociales.

Pero, ¿hemos llegado a ese punto?

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