La encendida conversación global que ha generado la película «Barbie» y una pregunta en el aire ¿es la icónica Barbie del 2023 un referente positivo para las niñas y las mujeres?
En un mundo donde la publicidad y el cine se unen para moldear la percepción de la feminidad, una figura icónica como lo es Barbie, ha sido durante años una imagen con la que muchas generaciones han crecido. Mattel ha realizado un cambio significativo hacia una perspectiva más progresista, inclusiva y feminista. Este cambio se viene reflejando en sus productos desde hace ya unos años, con muñecas de distintas etnias, estéticas, profesiones y capacidades diferentes.
Mattel cambió la manera de jugar, una muñeca revolucionaria, perfecta y feliz, se convirtió en mucho más que un simple juguete; fue un símbolo de imaginación y posibilidades ilimitadas para las niñas de todo el mundo, con un eslogan que llegó para quedarse: “Tú puedes ser lo que quieras ser”.
El feminismo y la lucha por la igualdad de género han adquirido una presencia notable en diversos ámbitos de la sociedad moderna y el mundo del marketing no ha sido ajeno a esta tendencia. Innovar sin perder la esencia era un reto, ya que los adelantos promocionales se centraron en la idea de que Barbie evolucionaría para reflejar una visión más inclusiva y empoderada del personaje. La pregunta que estaba en la mente de muchos era: ¿sería esta representación un mero maquillaje para una campaña publicitaria o un auténtico cambio?
La brutal campaña de marketing de Barbie que la acompaña está industrializando el feminismo y generando grandes contradicciones.
Barbie 2023, un ícono cultural
La muñeca en sí tiene una historia irregular ya que con sus proporciones inhumanas, ha sido acusada de mantener estándares de belleza poco realistas. Barbie ha experimentado una notable evolución desde su origen en 1959, cuando su creadora Ruth Handler, concibió la idea de una muñeca con apariencia adulta y un cuerpo de medidas imposibles. A lo largo de los años esta icónica figura rubia y su cuerpo ideal fue cambiando, primero representando diversas profesiones como astronauta, piloto, hasta la actualidad reflejando diversidad, discapacidades o enfermedades como síndrome de Down.
La directora Greta Gerwig ha sido la encargada de dar vida a los personajes de Barbie y Ken en la gran pantalla. Gerwig, dirigió películas como Mujercitas (2019) y Lady Bird (2017); es reconocida porque en sus películas plasma en los personajes e historias percepciones feministas y de crítica social. ¿Cómo mantendría la esencia de Barbie, una figura arraigada en la cultura popular, mientras la adaptaba a los valores actuales de igualdad y empoderamiento de las mujeres?
En la Barbie de Greta vimos un mundo perfecto, todo lo que conocemos de ella y lo que ha sido hasta hoy, una muñeca que lo puede todo y que es inigualable. Pero a medida que avanza la historia, esa «perfección» empieza a desmoronarse. La cosa se complica, y los personajes, en especial Ken, empiezan a sentir la presión.
El punto culminante y el desenlace de la historia es cuando la publicidad se convierte en un desafío para la directora. Rompe con los estereotipos como la figura esbelta, alta y rubia, que han influido en el desarrollo del personaje de Barbie, empoderando a mujeres de diferentes colores de piel, con discapacidades físicas, mujeres trans, y aborda temas como el amor idealizado y el patriarcado, entre otros.
La película enfatiza el valor de la solidaridad entre mujeres y rompe con los roles de género tradicionales. Barbie es una mujer decidida con sus inseguridades, que busca cambiar el mundo a su manera.
El brilli brilli y el rosa como estrategia de marketing
El vibrante color rosa que evoca el glamour es el distintivo de Barbie. Este color ha sido clave en la estrategia de marca, ya que es un tono rosa que todos reconocemos y que de inmediato nos transporta al mundo de ensueño de Barbie. Para promocionarla, se llevaron a cabo diversas campañas que abarcaron salas de cine, tiendas de ropa y redes sociales, incluyendo filtros con algunos de los personajes, anuncios en las calles de ciudades como Los Angeles y una línea de vestimenta dedicada a la muñeca.
Incluso antes de que comenzaran las premieres internacionales, la estética de Barbie dio lugar a un movimiento llamado Barbiecore, el cual engloba todo aquello que es rosa y se ha convertido en una revolución dentro del mundo de la moda. Un ejemplo de esto fue marca de ropa Zara, ya que tiñeron de rosa algunas de sus tiendas colocando cabinas que evocaban la icónica caja de la muñeca.
La campaña de marketing detrás de la película Barbie
Este mensaje cinematográfico se vio eclipsado por extensas campañas publicitarias que abarcaron desde productos de belleza y moda hasta opciones de alojamiento.
Además, marcas como Airbnb convirtieron a Barbie en anfitriona, anunciando su mansión Dreamhouse en Malibú, lugar donde podías pagar para hospedarte. Su diseño estaba inspirado en el Barbiecore y contaba con piscina, tobogán, cine privado, entre otras amenidades; lo que ilustra cómo la influencia trasciende la pantalla y se entrelaza con el mundo real.
El reporte de Google Trends refuerza el contraste entre las búsquedas relacionadas con los términos «feminismo» y “Barbie” durante su periodo de lanzamiento y en los meses siguientes. Según los datos, la palabra «feminismo» se mantuvo en niveles inferiores en comparación con las búsquedas relacionadas a la palabra “Barbie”, lo que subraya la predominancia de la influencia de la muñeca y su estética en ese contexto particular.
En resumen, la película en su intento por incorporar elementos feministas se encontró con un escenario donde el marketing, las campañas promocionales y la omnipresente tendencia del color rosa predominaron. A pesar de su aspiración de promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, el mensaje original se vio envuelto en un contexto saturado de estrategias publicitarias que capitalizaron su popularidad. El color rosa, históricamente vinculado a estereotipos de género, también se convirtió en un elemento destacado, consolidando una vez más la identidad de Barbie.
¿Es la nueva Barbie un referente positivo para las niñas?
En su día, la muñeca Barbie fue creada como un producto innovador. Al fin y al cabo, fue la primera muñeca que empujó a generaciones de niñas a proyectarse en el futuro más allá del rol de madre y cuidadora.La compañía Mattel, desplegó una estrategia innovadora al presentar a Barbie como un símbolo de perfección y belleza.
Esta representación, ha sido un ícono de la moda y las costumbres a lo largo de su historia, pero no estuvo exenta de polémica. Barbie fomentaba la presión estética y los clichés más tóxicos de la feminidad tras un mensaje supuestamente feminista.
Sin embargo, (Alerta Spoiler) lo que vemos en la película es Barbieland, un lugar donde la perfección reina y las Barbies impecables son las protagonistas, en especial la icónica «estereotípica» original. Sorprendentemente esta figura emblemática comienza a experimentar una serie de imperfecciones que la alejan de su ideal de perfección.
Para entender qué está causando estas imperfecciones, se aventura en el mundo real, descubriendo cómo viven las mujeres fuera de Barbieland. En su viaje, se enfrenta a las luchas que miles de mujeres enfrentan en la actualidad, incluyendo problemas familiares, baja autoestima, depresión, complejos y otros desafíos que reflejan la adaptación a nuestra época.
La figura icónica modelada por la directora Greta Gerwig se ha convertido en un fabuloso disolvente de los cánones de belleza y empoderamiento, destruyendo cánones dañinos, la presión estética y ansiedades femeninas que tradicionalmente ha representado Barbie. ¿pero y Mattel?
La aparente contradicción de Mattel con la visión de Gerwig es tan evidente que incluso han lanzado Maquillaje, ‘kit’ para arreglar las cejas, uñas y pestañas postizas, o crema anticelulítica son algunos de los accesorios que según la compañía se requieren para poder ser una Barbie. El empoderamiento de las mujeres en el cine y la publicidad no solo es una cuestión social, sino también una estrategia inteligente para conectar con un público cada vez más consciente de las desigualdades. Pero el tema es saber cómo y asegurarnos que la igualdad en el marketing no sea solo una estrategia superficial.