La exposición ‘Feminista tenías que ser’ juega con estereotipos gráficos y de género para visualizar la discriminación a las mujeres en el 2020.

A través de titulares y en las explicaciones de sus obras, la instalación del Palau Robert en Barcelona logra visualizar el nivel de desventaja sistémica que las mujeres experimentan, aún en el 2020. 

Los organizadores también han querido visibilizar la ausencia de voces de mujeres cualificadas en los medios de comunicación.

Feminista tenias que ser’ ha tomado un camino gráfico basado en la publicidad para mostrarles a nuestros cerebros que es necesario cuestionarnos frases y datos que dejamos pasar inadvertidos a menudo en nuestro día a día.

¿Por qué documentar insultos machistas usando diseños publicitarios?

Algunos anuncios valen la pena leerlos dos veces. Aunque parezca un anuncio para un detergente común y corriente, la gráfica principal de esta exposición expone creativamente su poder purificador para el término ‘feminista’, el cual ha sido asociado con muchas connotaciones negativas a lo largo de su masificación durante los últimos 130 años.

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Ayer en Barcelona, en la exposición Feminista havies de ser, que recorre algunos de los males que vivimos en el siglo XXI debido al machismo. Sin duda, un vídeo que recogía distintas declaraciones machistas fue lo que más me impacto, especialmente la imagen de Juan y Medio intentando desnudar a una colaboradora de su programa… Old habits die hard ????????‍♀️ ————————————– Yesterday in Barcelona, visiting the exhibition Feminista havies de ser (You had to be a feminist), that revisits some of the sexist and patriarcal violence and discrimination that we still suffer from. It’s safe to say that old habits die hard. #feministahaviesdeser #feministateniasqueser #youhadtobeafeminist #genderequality #breakthegap #feminismo #feminism

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Ni mujeres, ni hombres terminarán el recorrido de alrededor de media hora sin preguntarse, ¿no deberia ser más feminista?… 

Ver insultos en carteles iluminados es diferente a escucharlos toda tu vida

Señales de neón han llamado nuestra atención sobre negocios durante tanto tiempo que nuestro cerebro ha aprendido a ignorarlos. Sin embargo, cuando su contenido no es publicitario, nos llaman la atención.

Al impactarnos visualmente crean una resonancia más duradera que un comentario despectivo murmurado en nuestra dirección, pero solo si logran atravesar la lluvia torrencial de información que nubla nuestra corteza visual constantemente.

Si los consumidores se ven asediados por demasiada información, particularmente de los medios de comunicación, el cerebro puede comenzar a aislarse para protegerse contra tal aluvión de estímulos ambientales.

La resonancia en redes sociales

Combinando diseños publicitarios con contenido denigrante, la muestra comisariada por la periodista y escritora Natza Farré logra captar la atención de una cantidad extraordinaria de personas.

Durante el primer mes de su instalación en Barcelona, la visitaron alrededor de 35.000 interesados, muchos de los cuales esperaron su turno por más tiempo de lo que pasaron en la exposición misma, debido a las limitaciones de aforo necesarias para poder exponer en tiempos de Coronavirus.

Según datos del Palau Robert, su repercusión en redes sociales multiplica incluso el número de visitantes con 1.075.000 impresiones en Facebook, 645.000 en Instagram, y más de 1.300.000 en Twitter así como más de 100.000 visitas en la web del recinto.

Empaquetados en frases de menos de ocho palabras, los titulares fluorescentes de la exposición han conquistado nuestras redes sociales y han dejado su marca en nuestra memoria:

El poder de compartir: Cómo nuestras experiencias retroalimentan esta exposición

Los focos de neón sobre actitudes machistas crean la base de la muestra para su difusión en redes sociales. Sin embargo, las posibilidades de interacción no se limitan al botón de compartir en nuestros teléfonos.

La contribución del visitante empieza ya en la escalera que lleva a las salas. Ahí es donde volúmenes de gel hidroalcohólico en diferentes dispensadores ubicados encima de distintas respuestas sirven de muestras estadísticas de las opiniones de los visitantes sobre la lucha feminista.

Otro momento interactivo ocurre con un mural que expone la palabra “Feminazi” sobre varios metros cuadrados de pared. En esa instalación podemos llevarnos una hoja que provee respuestas a las críticas más comunes contra las que se enfrentan demandas feministas hoy en día.

Sin embargo, llegamos a la cima del empoderamiento del visitante al final del recorrido que nunca deja de sorprender en cuanto a diseño y contenido.

En la última habitación nos encontramos con los posts más relevantes para la propagación del feminismo: Rollos de papel en los cuales se imprimen constantemente abusos, insultos y denigraciones sexistas compartidas por mujeres en la web Feminista havies de ser.

Tenemos hasta el 8 de diciembre para visitar ‘Feminista tenias que ser’ y reforzar nuestra incesable motivación por seguir compartiendo nuestras experiencias y luchar por un mundo igualitario.


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