Fundadora de Soy Olivia, representante de influencers y con un gran sentimiento por el emprendimiento. Así es Daniela Rodríguez.
Soy Olivia es una agencia de Influencer Marketing que representa a más de 55 perfiles de los influencers más populares de las redes sociales. Defensora absoluta de los creadores de contenido, y conocida por estar detrás de perfiles como María Pombo, María Fernandez-Rubíes, María García de Jaime y luchadora por el lema “ser influencer se nace, no se hace”.
De una idea a CEO de una de las agencias de influencers más prestigiosas de España
Daniela, que siempre había sido una apasionada de lo digital y era gran consumidora de Youtube, empezó a creer en un modelo de negocio relacionado con esto. Tanto es así que comenzó a proponer en las empresas en las que trabajaba establecer contacto con esas personas para realizar publicidad. Desde entonces, nunca dejó de creer en ello, fue su idea más fiel: los creadores de contenido son el futuro.
Creativa, entusiasta y apasionada por su trabajo, Daniela fundó Soy Olivia, junto con su marido Javier García-Gallo, poniendo como capital social de la SL una moto y un ordenador. Su idea era crear un modelo de negocio donde las creadoras de contenido recomendasen marcas acordes a sus valores.
“Ser influencer no es vender cualquier marca, porque el dinero no es el beneficio, el beneficio es la comunidad que tienes y lo que llegas a causar en ellos”.
Ella siempre ha tenido una idea clara, en Soy Olivia no hay página web, porque no existir ha sido una idea clave para estar en todas partes, y porque como ella dice: “yo no vendo tomates, y no represento a cualquiera”. Una idea de negocio muy marcada y con una línea de trabajo muy definida. Este es su éxito, y por consiguiente, el de Soy Olivia, no conformarse nunca, no dejar atrás los ideales, no mirar los números, sino las pasiones.
Además, Daniela cuenta con un nuevo proyecto llamado OnceUno, una agencia creativa dedicada al branded content. Una mujer con vértigo a caerse, pero con varios proyectos a sus espaldas, con ganas de luchar por ellos, y de conseguir más.
El cerebro detrás de las influencers más reconocidas de España
Así es ella, una visionaria que estudió Comunicación Social en Venezuela. Una mujer dispuesta a revolucionar el mundo de la comunicación, dejando atrás un negocio en Venezuela, y aterrizando en España con ganas de hacer algo diferente.
A lo largo de su trayectoria profesional ha sido una mujer fuerte, y apasionada por su trabajo. Nunca ha dejado de creer en aquello que quería conseguir, y como ella dice “siempre miro el futuro”. Una emprendedora que siempre está pensando en lo siguiente, en cómo seguir moviendo el mundo de una manera diferente. Esto es lo que le ha hecho triunfar.
Su primer trabajo comenzó con la que conocemos hoy como Grace Villarreal, lo que Daniela en su día entendió como su “bandeja de oro”, es hoy una de sus representadas y amiga.
Publicista, jefa y madre: sí es compatible
A pesar de tener una vida profesional impecable cuenta en varias ocasiones como tuvo que escuchar de un jefe tras quedarse embarazada qué:
“las mujeres son máquinas con periodo de caducidad, y el tuyo ha llegado muy rápido”.
Fue despedida por el simple hecho de estar esperando un hijo.
Situaciones como ésta, son las que hacen sentir a las mujeres que ser madre es algo negativo dentro del mundo laboral. Los estereotipos de género continúan estando presentes: se ve a las madres como personas más inclinadas hacia la familia que al trabajo.
Aún existe mucha discriminación en el campo laboral hacia quienes son madres por lo que necesitamos seguir avanzando y romper con los estereotipos de género que afectan a nuestro crecimiento profesional.
Daniela confiesa “ser mujer me ha costado, pero ser mujer es entender lo que a ti te hace feliz”.
También destaca que las mujeres somos importantes y muy grandes, pero que entre mujeres y hombres hemos de potenciarnos sin olvidarnos unos de otros, sino haciéndonos mejores.
Sin duda, Daniela nos enseña que el espíritu emprendedor puede con todo, y que las ganas de comerse el mundo no se han de parar si alguien no cree en ti, porque hay que seguir mirando hacia adelante.
El mundo está cambiando, y tenemos que hacer que el género no sea un condicionante.
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